La tentación
Ratos felices eran para Rosalía éstos que pasaba con la marquesa discutiendo la forma y manera de arreglar sus vestidos .Pero el gozo mayor de ella era acompañar a su amiga a las tiendas, aunque pasaba desconsuelos por no poder comprar las muchísimas cosas buenas que veía. El tiempo se les iba sin sentirlo. Milagros se hacía mostrar todo lo de la tienda; revolvía, comprando; pasaba del brusco antojo al frío desdén; regateaba, y concluía.
Benito Pérez Galdós
martes, 30 de abril de 2013
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